El miedo es una emoción cuya función es protegernos de situaciones peligrosas y necesario para la propia supervivencia. Los miedos evolutivos son miedos adaptativos y habituales a determinadas edades que según van llegando diferentes etapas evolutivas y de madurez van variando, desde el objeto o situación temida, la frecuencia o intensidad hasta desaparecer de manera progresiva.
Cuando estos miedos están desajustados bien por la intensidad, la edad o la frecuencia se convierte en un miedo desadaptativo y limitante que puede llegar a condicionar su vida diaria. El miedo se convierte en patológico cuando es irracional, supone un gran malestar, un estado de evitación y/o anticipación que genera una preocupación significativa y una reacción desproporcionada.
Etapas evolutivas y miedos
Los miedos más habituales desde los primeros años de vida hasta llegar a la edad adulta son los siguientes:
- Primer año de vida: Desde los primeros días aparecen miedos a los sonidos fuertes, a lo largo de las semanas y meses aparecen el miedo a los extraños y surge la ansiedad por separación de la figura de apego.
- De 1 a 5 años: Además de los miedos anteriores, debido a su desarrollo cognitivo, comienzan miedos a elementos imaginarios, aparece el miedo a la oscuridad, fantasmas, monstruos y a algunos animales.
- De 6 a 11 años: Empiezan a desaparecer los miedos imaginarios siendo ahora más frecuentes los miedos a situaciones más realistas. Aparece el temor a hacer el ridículo, a los exámenes, a la muerte, al daño físico o a los médicos.
- De 12 a 15 años: Comienzan miedos y preocupaciones de mayor carácter social y emocional, relacionados con el ámbito académico, la autoimagen y la relación con sus iguales. Miedo a sentirse juzgados, al rechazo social, fracaso escolar y a la crítica.
- De 16 a 18 años: A los miedos de la etapa anterior se le suman situaciones sociales más complejas y la toma de decisiones tanto académicas, sociales como personales. Estas afectan a las relaciones con sus iguales y familiares, teniendo consecuencias en su autoconcepto y autoestima. Aparece el miedo al fracaso, a no cumplir expectativas sociales o logros académicos.
¿Cómo gestionar los miedos infantiles?
- Identificar el miedo: En ocasiones resulta difícil determinar que es exactamente lo que le está produciendo esa situación tan angustiosa por lo que es determinante esclarecer el origen de ese miedo para buscar una solución.
- Evitar infravalorar el miedo o ridiculizar: Los miedos patológicos llegan a causar ansiedad y un gran malestar, por lo que el no poner en valor esas emociones generará mayor angustia y puede afectar a su autoestima y cuestionarse su valía personal.
- Mostrar empatía y seguridad: En primer lugar, intentar calmar al menor cuando se encuentra alterado por el estímulo o situación temida. El adulto debe transmitir la seguridad, su apoyo y validar las emociones que este sintiendo en ese momento.
- Fomentar la comunicación: Facilitar un entorno en el que puedan expresar como se sienten y que temores tienen.
- Buscar soluciones de manera conjunta: Llegar a acuerdos con el menor para desarrollar un plan de mejora planteando objetivos de forma gradual en el que ellos se sientan protagonistas de su propio cambio y evolución.
- Reforzar los avances: Valorar todo cambio o mejora en el manejo de sus miedos y hacérselo saber para fomentar la confianza en sí mismo.
- Pedir ayuda Psicológica: Cuando los miedos se cronifican, generan una gran angustia afectando de manera significativa en su entorno familiar, escolar o social, y las pautas anteriores no han sido eficaces, es necesario acudir a un Psicólogo Infantil para el desarrollo de técnicas y estrategias eficaces para hacer desaparecer estos miedos.
En nuestro gabinete de Nuevamente Psicólogos Málaga contamos con Lucía Ferrer, especialista en psicología infantil. Ofrece terapia tanto infantil y juvenil, y es experta en abordar miedos desde los primeros años.