El ser humano pasa mas de un tercio de su vida durmiendo, sin embargo, poco se sabe de las funciones y características del sueño. El sueño es un estado fisiológico de reposo del organismo que se caracteriza por bajos niveles de actividad fisiológica, ausencia de movimientos voluntarios, una menor respuesta los estímulos externos y es fácilmente reversible.
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La función principal del sueño es la recuperación del organismo tanto a nivel físico como psicológico. Se produce el descanso y una regeneración de procesos mentales tales como el aprendizaje, la memoria, la atención y habilidades de tipo emocional, todos ellos necesarios para alcanzar un completo rendimiento. Cuando los niños y adolescentes presentan trastornos del sueño pueden ver estas funciones mermadas produciéndose alteraciones cognitivas, emocionales y conductuales que pueden afectar a su rendimiento académico y a sus las relaciones sociales y familiares.
Principales trastornos del sueño en la infancia y la adolescencia
Los trastornos del sueño tienen una alta prevalencia en niños y adolescentes. La afectación en el menor al disminuyendo su calidad de sueño y las consecuencias cognitivas y emocionales que suponen, como por el estrés que supone a la familia, son un motivo de consulta frecuente en estas etapas. Estos trastornos afectan de manera significativa a la rutina diaria del menor y necesita una intervención específica para cada caso con la mayor precocidad posible. Su tratamiento se fundamenta en la terapia cognitivo-conductual y en el establecimiento de una buena higiene del sueño.
Los trastornos del sueño se dividen en dos grandes grupos: las disomnias y las parasomnias.
1. Disomnias
Las disomnias son aquellos trastornos del sueño que se relacionan con dificultades para conciliar o mantener el sueño produciéndose alteraciones en la cantidad, calidad y horario de sueño. En este grupo se incluyen los siguientes trastornos:
Es el trastorno del sueño que se da con mayor frecuencia en la infancia y se produce ante la presencia de dificultades para dormir o mantenerse dormido toda la noche. El insomnio se produce por una mala adquisición de los hábitos de sueño, en el que se producen numerosas interrupciones del sueño y la incapacidad de volver a dormir de forma espontánea y la necesidad de ayuda de otros elementos que faciliten el sueño. Esto produce una mayor irritabilidad en el niño y el desgaste por parte de los padres que no consiguen el descanso del menor ni el de ellos mismos.
El tratamiento terapéutico consiste en una reeducación de los hábitos de sueño mediante técnicas conductuales, técnicas de relajación y una valoración que permita descartar la posibilidad de otros trastornos del estado de ánimo, posibles fobias o situaciones de estresantes que puedan estar afectando a la conciliación del sueño.
La hipersomnia es una alteración del sueño que provoca una somnolencia excesiva durante el día y aparecen prologados episodios de sueño. Se trata de la aparición de la sensación de sueño en horas inadecuadas. En estos casos los niños pueden mostrar cansancio, fatiga y se muestra somnolientos durante el día. Como consecuencia puede verse afectado su estado físico, psíquico y emocional. El tratamiento se basa en la modificación de los patrones de sueño y establecer una serie de pautas que permitan mantenerse mayores períodos de tiempo despierto.
Es un trastorno poco común en la infancia y aparece con mayor frecuencia en la adolescencia. Consiste en un estado de somnolencia diurna que lleva a una pérdida de tono muscular y está asociado a la aparición de estímulos emocionales o estresantes. A pesar de ser un trastorno crónico suele tener un buen pronóstico si se lleva un tratamiento integral. En terapia, el tratamiento se fundamenta en la psicoeducación al menor y la familia para conocer y poder manejar el trastorno, higiene del sueño, horarios de sueño programado y tratamiento de otros trastornos asociados como ansiedad o depresión.
2. Parasomnias
Son aquellos trastornos en los que aparecen conductas o fenómenos fisiológicos anormales que producen una activación fisiológica durante el sueño o en el proceso de transición de sueño-vigilia. En este grupo se incluyen los siguientes trastornos
Son trastornos del sueño frecuentes tanto en niños como en adolescentes. Éstos producen repetidos despertares durante el período de sueño como consecuencia de sueños terroríficos prolongados que dejan recuerdos vívidos que generan malestar y dificultad para volver a dormir.
Estos trastornos se caracterizan por el despertar brusco, unido al grito o llanto del menor por una fuerte angustia. El menor presenta activación fisiológica, como temblores o sudoración, una ansiedad intensa, se encuentra desubicado y no recuerda lo soñado.
Es un trastorno psicofisiológico en el que el menor produce un rechinar de dientes en repetidas ocasiones durante la noche. No son conscientes de este comportamiento y no llegan a despertarse a consecuencia de ello. Los niños acusan molestias en la mandíbula y sensibilidad en los dientes al despertar. El bruxismo se trata en psicoterapia mediante técnicas conductuales y de relajación, ya que se asocia a situaciones de ansiedad y estrés.
Episodios en los que se produce una activación motora mientras duerme, el menor se levanta de la cama en pleno sueño. Puede aparecer desplazarse por diferentes lugares, incluso hablar de manera inteligible, posteriormente volver a la cama y no recuerdan nada del episodio. Para su tratamiento es necesaria la psicoeducación de la familia y el menor para saber como actuar ante un episodio de sonambulismo y establecer una correcta higiene del sueño.
Es fundamental llegar a reconocer estos trastornos del sueño en el niño o adolescente que los padezca para poder empezar el tratamiento lo antes posible y que llega a afectar en menor medida en su salud física y mental. En Nuevamente Psicólogos tenemos Psicólogos infantiles especialistas en los trastornos del sueño que podrán ayudar a la familia y al menor a manejar estos trastornos y mejorar su calidad del sueño.
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