En este momento estás viendo ¿Cómo saber si tengo trauma infantil?

¿Cómo saber si tengo trauma infantil?

Tus psicólogas de confianza en Málaga, España 

La infancia es una etapa decisiva en la vida de una persona adulta. Las experiencias que vivamos y las interpretaciones psicológicas sobre las mismas y el tipo de apego pueden dejar huellas en el cerebro determinando de esta forma la personalidad y problemas emocionales futuros. La aparición de traumas va a depender de la gravedad de la situación que vivamos, la duración en el tiempo y la edad de la persona (nuestro cerebro no tiene la madurez para poder comprender lo que ocurre en ese momento). 

 

¿Qué es el trauma infantil?

Como sabemos, vivir una infancia difícil con experiencias perturbadoras con cierta intensidad emocional (abuso, maltrato, etc.) provoca traumas que influyen en la vida adulta. Pero también existen otros motivos por los cuales una persona puede tener traumas. El apego con nuestros cuidadores principales es determinante para aprender a vincularnos con los demás y el mundo. Un vinculo de apego sano ayuda al niño a que pueda comprender e integrar las emociones, pensamientos y comprender como sienten y piensan los demás. Les ayuda a sentirse seguros, aceptados y poco a poco regularse emocionalmente. Cuando el apego es evitativo o ansioso aparecen traumas de apego. 

El trauma infantil puede aparecer cuando una persona vive una situación que le sobrepasa y no puede asimilar la experiencia de una forma adaptativa. 

 

¿Es necesario vivir acontecimientos muy negativos para tener traumas?

Como todos sabemos, vivir situaciones de violencia, maltrato o abusos pueden causarnos traumas. Los mismos aparecen porque la persona siente desbordamiento y no puede asimilar la situación. 

Sin embargo, hay muchas otras situaciones que, aunque sean insignificantes para los adultos en la mente de un niño pueden causar mucho daño. Los niños no tienen tantos recursos y sienten mucha descomprensión ante un mundo que no conoce. Por tanto, miradas despectivas, burlas, humillaciones, pueden quedar atrapados en nuestro cerebro provocando dolor en nuestra vida adulta y condicionándonos nuestra vida. Además, un niño que no sea atendido emocionalmente por sus progenitores, donde no se tengan en cuenta sus necesidades afectivas (bien porque exista un entorno de maltrato, o porque los padres dedican todo su tiempo al trabajo) le llevara a sentir inseguridad afectándole a sus relaciones sociales y afectivas.
 

Rasgos que presentan los adultos con traumas infantiles

Padecer ansiedad, depresión o cualquier desorden emocional puede indicarnos que existen traumas. Sin embargo, puede haber muchos otros rasgos que aparecen por tener traumas infantiles y tendemos a normalizar. Por esta razón, la psicóloga especialista Marta Garrido del gabinete Nuevamente psicólogos expone algunos rasgos que pueden indicar la presencia de traumas en la infancia. Entre ellos;

  • Baja autoestima e infravaloración de si mismo. Las personas que tienen traumas de la infancia suelen sentirse por debajo de los demás o incluso superiores (como mecanismo para compensar la opinión de si mismos), creencia de que no son suficientemente buenos, rechazan los halagos ya que piensan que es un engaño porque no creen que puedan tener buen concepto de ellas, etc. 
  • Inhibición. Hay freno y retraimiento en el comportamiento que provoca que la persona no pueda responder adecuadamente ante un estímulo. Cohibición para decir lo que piensan o hacer lo que ellos quieren, sensación de miedo de hacerlo, no expresión emocional. Esta inhibición provoca hermetismo, dificultades para relacionarse son los demás, aislamiento, etc. la persona quiere no llamar la atención y no actúa con autonomía.  
  • Frustración, mal humor. Muchas personas que no superan traumas de la infancia suelen tener cumulo de ira. Tienen baja tolerancia a la frustración, sensación de estar muy irascibles, poca paciencia en muchas cosas y pueden reaccionar de forma agresiva. Se cansan rápido, pierden el interés (se puede percibir a nivel escolar o laboral) y les suele costar trabajar en equipo. 
  • Pedir disculpas constantemente. Normalmente siente que todo o que dice o hace puede molestar al otro. Pide disculpas por cosas que no debería de hacerlo, se disculpa por hablar como si no tuviera derecho de hacerlo. este tipo de comportamientos suele aparecer cuando la persona ha tenido una crianza humillante y con poco afecto. 
  • Vivir en conflicto o huir de el. Existen muchas familias con mucha conflictividad. Vivir en este entorno en la infancia puede suponer problemas emocionales futuros. la persona puede crecer con miedo a los conflictos (huir de ellos) o totalmente lo contrario (convierten todo en problema). 
  • Problemas alimenticios.  La anorexia o la bulimia puede venir por traumas infantiles. Los especialistas afirman que cuando las personas no saben canalizar sus emociones pueden hacerlo a través de la comida. 

 

Si detectas que presentas algunos de estos rasgos y te afecta en tu día a día te recomendamos que busques ayuda psicológica ya que con el tratamiento se busca la toma de consciencia, integración de la información de nuestra historia y la conexión del yo adulto con el niño que fuiste para poder reparar el daño que haya.

En Nuevamente Psicólogos Málaga tenemos especialistas que pueden ayudarte a superar los traumas del pasado para que puedas coger las riendas de tu vida.

4.7/5 - (3 votos)

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.