Desde que somos niños vamos aprendiendo distintos esquemas de comportamiento. La forma en que resolvemos nuestros problemas día a día está determinada por nuestro estilo de afrontamiento. A continuación, nuestra psicóloga especialista Ángela Córdoba nos explica todo acerca de los estilos de afrontamiento.
Clasificación de los estilos de afrontamiento
Podemos clasificar de manera muy general tres estilos de afrontamiento ante los problemas o ante el estrés:
- El estilo activo o centrado en el problema aquel que nos lleva a centrarnos en buscar información sobre el mismo, generar alternativas para solucionarlo, tomar distintos puntos de vista y finalmente generar una decisión para intentar resolverlo.
- El estilo pasivo o centrado en la emoción sobre todo estaría relacionado con intentar resolver el problema centrándonos sobre todo en la parte emocional. Es decir, buscando un desahogo en familiares, amigos, religión… para intentar reducir su impacto emocional en nosotros.
- El estilo evitativo no llevaría a no querer afrontar el problema como tal sino que, se desvía la conducta hacia otros objetivos porque la persona no tolera las consecuencias emocionales que está generando en él. Esto es un estilo de afrontamiento desadaptativo puesto que no nos ayuda a general alternativas de solución.
El Estilo evitativo
La vida nos pone continuamente ante muchas situaciones que generan estrés. Cuando decidimos no actuar ante este problema o estímulo que nos genera malestar estamos evitando. Lo que nos lleva a quedarnos paralizados o bien lo que nos lleva a tomar esta decisión es una evaluación negativa sobre el malestar, inquietud o consecuencias que puedan tener el hecho de actuar de una forma u otra.
Los 3 tipos de evitación
- Evitación Conductual: La evitación conductual podemos definirla en base a la ausencia de conducta ante cualquier situación que considere como amenazante o estresante. Por ejemplo, si me dan miedo los acontecimientos donde haya mucha gente evito ir a sitios de esta característica. Si me dan miedo los perros, evito cualquier contacto con perros o bien si me da miedo conducir evito hacerlo.
- Evitación Cognitiva: En este caso la evitación se le relaciona con no querer pensar sobre aquello que tengo que decidir o bien sobre aquello que me está causando malestar. En este caso lo que estoy evitando es todo tipo de pensamiento en vez de buscar alternativas de solución al problema. Generalmente posponemos el tema o ni siquiera lo abordamos directamente.
- Evitación Experiencial o evitación emocional: Lo que las personas evitan en este caso son las emociones que les genera cualquier factor estresante. Por ejemplo, miedo, tristeza o ira. Esto deriva en realizar conductas poco saludables tales como realizar de manera compulsiva compras, limpiar o comer, consumo de alcohol o drogas, uso de medicamentos, deporte… entre otras.
Consecuencias del estilo de afrontamiento evitativo
Por lo general las personas que tienden a la evitación son personas:
- Con baja autoestima y confianza en sí mismas.
- Evitan tener emociones desagradables porque no las toleran.
- Poco resilientes. No suelen tener capacidad para buscar alternativas ante las adversidades que se les presentan.
- Dependientes de los demás. Necesitan que los demás tomen soluciones o bien le resuelvan lo que les está ocurriendo en ese momento.
- Emplean mucha crítica y juicios poco constructivos hacia sí mismas. La culpa está presente a menudo.
Recomendaciones y tratamiento en consulta
En Nuevamente Psicólogos Málaga recomendamos acudir a terapia si este estilo de afrontamiento está afectando en la vida de una persona:
- Hay que determinar si, además, se puede tratar de otro tipo de trastorno psicológico tal como por ejemplo el trastorno de personalidad evitativo.
- Hacer un análisis de la situación y ver si realmente es tan amenazante como pensamos o bien son nuestro miedos y pensamientos los que nos llevan a actuar de esta manera.
- Determinar el origen del problema nos ayuda a saber por qué actuamos así por tanto a poder hacer una evaluación de qué consecuencias ha tenido en nuestra vida y si podemos aprender a hacerlo de forma distinta.
- Aprender a identificar y con ello tolerar emociones resulta crucial para poder realizar un cambio de conducta que nos aporte una mejora en nuestra salud mental. Cuando hablamos de tolerar emociones también hablamos de tolerar los síntomas físicos que nos generan dichas emociones desagradables.