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¿Despiste o déficit de atención?: El TDAH en adultos

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es un trastorno neurobiológico que se ha asociado comúnmente a la etapa de la infancia y la adolescencia. Aunque es cierto que es en estas edades cuando se diagnóstica y debe tratarse para un mejor pronóstico, lo cierto es que más de la mitad de los casos mantienen síntomas en la edad adulta

Son numerosos los casos que nunca llegan a ser diagnosticados y es en la adultez cuando notan disfunciones en algunas áreas de su vida mostrando algunas dificultades en el cumplimiento de objetivos o realización de tareas, en las relaciones sociales, problemas de pareja o incluso en el ámbito laboral.

A continuación, nuestra psicóloga especialista Lucía Ferrer da la claves para entender más sobre el TDHA en adultos. 

 

¿Cómo se manifiesta el TDAH en adultos?

A diferencia de las primeras etapas de la vida, en la edad adulta disminuye la sintomatología relacionada con la hiperactividad y se hace más patente el subtipo inatento. A continuación, se describirán algunas señales que puedan indicar que estamos ante un posible caso de TDAH en adultos.

Sintomatología de la inatención en el adulto

    • Con frecuencia no presta atención a los detalles 
    • Comete errores por descuido o inatención
    • Le cuesta seguir una conversación durante largos periodos de tiempo
    • Se distrae con facilidad
    • Es olvidadizo y con frecuencia pierde objetos
    • Parece no escuchar incluso cuando se le habla directamente
    • No cumple los objetivos o tareas propuestas
    • Hace varias cosas a la vez, pero no finaliza ninguna
    • Muestra dificultades de organización, planificación y gestión del tiempo 
    • Parece ensimismado en sus propias ideas o ensoñaciones 

Sintomatología de la hiperactividad/impulsividad en el adulto

  • Dificultades para esperar turno
  • Interrumpe conversaciones
  • Se encuentra con frecuencia en un estado de intranquilidad
  • Dan respuestas precipitadas antes de acabar de hablar la otra persona
  • Muestra poca paciencia en diferentes situaciones
  • Toma de decisiones de manera impulsiva
  • Está en continuo movimiento, manos, piernas o moviendo algún objeto
  • Presenta dificultades de gestión emocional y control de impulsos
  • Dificultades para la resolución de conflictos
  • Poca tolerancia a la frustración

 

¿Cómo afectan los síntomas a la vida diaria?

En el ámbito laboral o académico se notan carencias en el rendimiento teniendo en cuenta el tiempo invertido y el resultado obtenido. Esto se debe a las dificultades de mantener la atención sostenida durante largos periodos de tiempo y con actividades rutinarias. Además de los olvidos, la dificultad para finalizar tareas, la organización, la planificación del tiempo y la incapacidad de centrarse en una tarea pueden afectar a alcanzar los objetivos en su puesto laboral o resultados académicos.

En cuanto a las relaciones personales, tanto de amistad, pareja o familia se generan numerosos malentendidos. Su incapacidad para mantener la atención y seguir la conversación hace que en muchos momentos se muestren distraídos y con ellos el interlocutor se ofenda por no sentirse escuchado. Además, le dificulta mantener la conversación ya que ha perdido el hilo de lo que se pudiera estar hablando y son frecuentes los olvidos de conversaciones anteriores. Por otro lado, las personas que presentan rasgos de más del subtipo impulsivo tendrán dificultades a la hora de expresar emociones y comunicarse de manera apropiada con otros mediante un estilo asertivo, teniendo una mayor tendencia a reacciones de manera más impulsivo-agresiva, lo que supone una barrera comunicativa.

 

Tratamiento de TDAH en adultos

El tratamiento consiste en la psicoeducación, para entender que es lo que les pasa y porque se sienten como lo hacen y en la terapia cognitivo-conductual. En este proceso se busca la modificación de conductas, técnicas de autocontrol, el desarrollo técnicas asertivas, el establecimiento de hábitos y rutinas y el desarrollo de técnicas compensatorias para regular los déficits cognitivos. En los casos más desadaptativos puede indicarse el tratamiento combinado de fármacos y psicoterapia.

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