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La Disciplina Positiva

Cada día encontramos en consulta padres preocupados por la educación de sus hijos. Algunos padres tienen un aprendizaje adquirido en la educación que recibieron en su infancia con un estilo autoritario y punitivo, y en contraposición, otros demasiado permisivos que confunden la buena relación con sus hijos con la falta de límites.

En este artículo la Psicóloga especialista en Infancia y Adolescencia Lucía Ferrer te dará las claves para que, como padre, madre, profesional de la educación y cualquier adulto al cargo de niños y jóvenes poder entender como relacionarse con ellos a través de la Disciplina Positiva

¿Qué es la Disciplina Positiva?

La Disciplina Positiva se trata de un modelo educativo que tiene su origen en los estudios de los psiquiatras Adler y Dreikurs. A partir de estos estudios aparece la educación para padres y el concepto de la crianza democrática, que se basa en el principio educativo de la firmeza y el afecto. Todas las personas tienen derecho a ser tratadas con dignidad y respeto, incluidos los niños. 

Partiendo de estos parámetros Jane Nelsen y Lynn Lot desarrollan la metodología de la Disciplina Positiva. Se fundamenta en ayudar a los adultos a entender la conducta inadecuada de los niños y a educarlos desde la amabilidad y el respeto mutuo.

Cuando un niño tiene una mala conducta en numerosas ocasiones se juzga y se castiga sin analizar que ha llevado a esa emoción y como resultado, a la acción. En la Disciplina Positiva no se trata de enseñar que esa conducta ha sido inadecuada sin más. Se trata de entender el comportamiento del menor y reconducirlo con respeto, cooperación y afecto para el desarrollo de competencias básicas en la vida

¿Cuál es la función de la Disciplina Positiva?

La finalidad de la Disciplina Positiva es tener una actitud positiva hacia los niños o jóvenes y enseñarles a desarrollar una buena autoestima, inteligencia emocional, habilidades sociales y destrezas interpersonales. Se favorecerá así una buena comunicación en la unidad familiar o a la comunidad a la que pertenezca. Todo ello necesita una adecuada comunicación desde el respeto mutuo menor-adulto para entender las interpretaciones o creencias que hacen los menores de lo que pasa a su alrededor. Así conseguiremos validar esa emoción, mostrar empatía y reconducirlos hacia una conducta más adaptativa. 

Se busca involucrar al niño en la búsqueda de soluciones, acuerdos, negociaciones y establecimiento de normas donde sean participes. La finalidad tiene una doble vertiente, por un lado, aumenta su sentimiento de pertenencia y utilidad y favorece además su disposición hacia su cumplimiento. Esto desarrolla su capacidad de toma de decisiones y la responsabilidad. 

Es fundamental el establecimiento de normas y límites, aunque no siempre se cumplan con gran entusiasmo y muestren frustración. Estas son las que les sirven de guía y les suponen una muestra de amor que les da seguridad y confianza.

7 Claves para una Disciplina Positiva efectiva

  1. Firmeza y afecto. Las normas y límites deben ser definidas con claridad y estableciendo consistencia en su cumplimiento. Para ello, se utiliza un vocabulario amable con el menor y un tono neutro, validando sus emociones y empatizando con lo que sienten.
  2. Establecer un respeto mutuo. Respetarse entre ellos mismos, los adultos y menores, a la hora de dirigirse el uno al otro y tener en cuenta las necesidades e intereses del menor.
  3. Los errores como oportunidades de aprendizaje. Los castigos son poco productivos, llegan a producir saciación y no consiguen su objetivo de mejorar la conducta. Por lo que la Disciplina Positiva involucra al menor en la búsqueda de soluciones y el aprendizaje a partir de esa conducta no deseada para que no se vuelva a producir. 
  4. Establecer una comunicación efectiva. Se trata de conectar con el menor, considerar y escuchar lo que siente y piensa y ponerlo en valor.
  5. Fomentar la automotivación. El éxito no es solo alcanzar objetivos sino reforzar el esfuerzo y la mejora.
  6. Alentar la autonomía. Se busca que el menor descubra sus capacidades, que encuentre soluciones, regularse por si mismo y alcanzar sus objetivos en la vida.
  7. Eficacia a largo plazo.  Se enseñan habilidades para la vida mediante el desarrollo del autocontrol, la autorregulación emocional, la responsabilidad, la resolución de problemas y la asertividad para llegar a ser un adulto capaz.

En Nuevamente Psicólogos contamos con profesionales especializados en Disciplina Positiva que podrán ayudarte en tu caso concreto dándote las pautas necesarias para poner en práctica esta metodología de manera eficaz. 

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