¿Qué es la parentalización?
La parentalización es entendida como la inversión de los roles entre los padres y sus hijos. Los hijos se convierten en los cuidadores de los padres y/o hacen de padres de sus hermanos, encargándose de tareas del hogar y asumiendo otras funciones excesivas para su edad y capacidad de gestión. A veces incluso se llegan a convertir en los mediadores de conflictos entre sus padres.
Cabe destacar la diferencia entre lo que es adaptativo y perjudicial para poder entender mejor el significado de la parentalización. A medida que los niños van creciendo resulta positivo ir delegando en ellos algunas tareas ajustadas a su edad, que le vayan aportando cierta autonomía y seguridad en si mismos. Esto resulta una conducta adaptativa que va evolucionando en número de tareas y responsabilidades a lo largo de su vida hasta llegar a la edad adulta. Esto junto con un entorno que les de tranquilidad y la posibilidad de pedir ayuda siempre que la necesiten, hará que desarrollen un apego seguro.
Sin embargo, cuando los niños renuncian a sus propios intereses a favor de cumplir con tareas, funciones o responsabilidades que no se encuentran ajustadas a su edad, a sus capacidades físicas y psicológicas estamos ante un caso de parentalización. Lo que supondrá en los menores que se encuentren en esta situación en desajustes psicosociales en el presente y el futuro adulto.
Tipos de Parentalización
- Emocional: Los hijos se convierten en el apoyo emocional de sus padres, en sus protectores y cuidadores. Son los confidentes de sus padres, siendo conocedores de información no apropiada para su edad y capacidad de gestión emocional como situaciones económicas, sociales, familiares o de pareja. En algunos casos incluso uno de los progenitores puede llegar a criticar al otro poniendo al hijo en una situación de conflicto interno y de lealtades, hablar, criticar o juzgar a alguien a quien quiere.
- Instrumental: Se trata de delegar en los niños tareas propias del adulto, cuya carga física y psicológica es superior a lo que el menor puede llegar a asumir por su edad. Lo que tiene que ver con la realización de tareas del hogar, cuidado de hermanos, hacer recados o encargarse de comprobar las necesidades de la casa y hermanos como algo habitual y rutinario.
4 Consecuencias en los niños
Un niño parentalizado puede ser visto como obediente, responsable y disciplinado pero lo cierto es que este comportamiento tiene consecuencias negativas en su desarrollo.
- Limitan su desarrollo personal. En el cuidado de padres y hermanos dejan a un lado la realización de actividades propias de su edad.
- Baja autoestima. Priorizan los intereses, gustos o cuidados de sus familiares ante los suyos, llegando a valorarlos como que no son importantes, culpabilizándose si en algún momento lo piensan y dudando de su valía como persona. Ponen por delante el bienestar de otros por encima del suyo.
- Presentan dificultades en la regulación emocional. El no mostrar sus emociones para no preocupar hace que les cueste identificar y gestionar sus propias emociones
- Muestran dificultades en las relaciones con sus iguales.
6 Consecuencias en la edad adulta
Esta conducta mantenida en el tiempo afecta al desarrollo del individuo suponiendo consecuencias en la edad adulta de tipo social, emocional y afectivo.
- Trastornos mentales: Puede suponer el desarrollo de trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de conducta alimentaria y adicciones.
- Aislamiento social y dificultades en establecer relaciones sociales.
- Relaciones de pareja tóxicas y/o de dependencia.
- Posible desarrollo el Síndrome del Impostor.
- Baja autoestima. Siente que no cumple las expectativas y tiende a sentimientos de poca valía.
- Estilo comunicativo pasivo o agresivo.
En Nuevamente Psicólogos Málaga nuestra psicóloga especialista sanitaria y orientadora educativa Lucía Ferrer puede ayudarte si te has sentido identificado como padre que parentaliza o como hijo que se ha visto en esta situación en su infancia.