Desde pequeños se nos inculca el valor de la sinceridad y se nos enseña que mentir está mal. Así, la honestidad es un valor personal que aporta mucho a las relaciones interpersonales, favoreciendo una expresión emocional y una comunicación adecuada que facilita construir relaciones sanas. Sin embargo, decir siempre la verdad puede no ser adecuado. Nuestra psicóloga sanitaria de Nuevamente Psicólogos Málaga, Ana Claudia, nos cuenta la diferencia entre sinceridad y sincericidio.
¿Qué es el sincericidio?
El sincericidio hace referencia a una sinceridad excesiva y sin límites que resulta hiriente para la persona que recibe el mensaje. Supone hacer uso de la honestidad sin tener en cuenta los sentimientos del otro, ni el momento ni contexto en el que se encuentra. Las personas que realizan el sincericidio suelen decir verdades de una manera directa, fría y sin tacto, bajo lemas como “yo es que soy sincero, digo lo que pienso” o “si no le gusta, lo siento, yo solo digo la verdad”. Además, tienden a pensar que cómo afecta su mensaje a la otra persona, es su problema.
Este tipo de comunicación puede causar daños en sus relaciones interpersonales. Es frecuente que se ocasionen conflictos provocando que las personas de su alrededor no se sientan comprendidas y se sientan atacadas, llegando a alejarse de la persona que comete el sincericidio.
4 claves para evitar el sincericidio
Es cierto que a veces resulta complicado no cruzar la línea que separa la sinceridad del sincericidio. Si crees que en ocasiones sobrepasas ese límite, estas claves te ayudarán a mejorar tu comunicación que:
1. Empatía
Pensar en cómo se va a sentir la persona a la que va dirigida el mensaje. Esto puede ayudarte a conectar con su emoción y ajustar la sensibilidad a la hora de expresarte.
2. Utiliza la asertividad
Comunica tu mensaje desde un lenguaje yo (“yo pienso, creo, percibo, me da la sensación, …”), sin emitir juicios de valor y atendiendo a la emoción de la otra persona. Esto facilitará que escuche el mensaje de manera activa sin sentirse atacada, a pesar de poder estar recibiendo una crítica.
3. Equilibrio entre decir la verdad y hacer daño.
No siempre hace falta decir la verdad de lo que se piensa o siente. Si la opinión o el mensaje que vas a dar no va a aportar nada y solo va a herir a la otra persona, es preferible no decirlo. El objetivo de la comunicación es construir y mejorar. Cuando esto se pierde, no tiene sentido seguir haciéndolo.
4. Buscar el contexto y el momento.
El cuándo y dónde son aspectos importantes a tener en cuenta que, si sabemos elegir, ayudan a no cruzar el límite del sincericidio.
¿Sientes que en ocasiones cometes el sincericidio? ¿Te causa problemas en tus relaciones? ¿Has intentado modificarlo, pero no lo consigues? En estos casos, la terapia psicológica es tu opción. En Nuevamente Psicólogos Málaga contamos con un equipo de especialistas que pueden atender tu caso y ayudarte a mejorar en este aspecto. En la terapia podrás comprender por qué te ocurre esto y aprender estrategias y herramientas para comunicarte de una forma más útil y menos hiriente.