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El trastorno de ansiedad con agorafobia, un problema que empeora con la pandemia

Tras un año en estado de pandemia mundial, con restricciones en movilidad, en comunicación, en ocio, en reuniones y celebraciones, todas las señales apuntan a que las patologías mentales y psicológicas preexistentes en las personas han empeorado. Una de las patologías que más ha aumentado su incidencia y empeoramiento ha sido la agorafobia.

 

La agorafobia se trata de un trastorno de ansiedad en el que la persona experimenta una respuesta de estrés y/o miedo extremo cuando se encuentra en lugares o situaciones en las que percibe que no tiene el control, que no puede escapar o que no puede recibir ayuda en caso de que ocurriera algo peligroso.

 

Estas personas anticipan en su mente que las posibles consecuencias de dichas situaciones serían graves e insoportables. Dicha tendencia a la anticipación lleva a la persona a evitar lugares o situaciones que consideren potencialmente peligrosas. Un ejemplo muy común en las personas con agorafobia sería la evitación de espacios concurridos o con una salida dificultosa: centros comerciales, cines, conciertos, mercados, etc. También suelen evitarse los trasportes públicos, sobre todo, aquellos de lo que no se pueda salir o escapar de forma inmediata (avión, barco, tren, etc.).

 

En última instancia, y a medida que la persona va evitando cada vez más lugares y/o situaciones, se puede llegar a considerar únicamente la casa como un lugar seguro, estableciéndose así una falsa “zona de confort”.

 

El estado forzoso de aislamiento social en el que nos encontramos puede hacer que las personas se aferren a esta “nueva realidad”, pero la verdad es que cuando el coronavirus ya no sea una amenaza para la sociedad tendrán que afrontar de nuevo que lo que les ocurre limita sus vidas y sus posibilidades. Todo ello tras un gran periodo de tiempo “protegidos” por esta evitación impuesta, que posiblemente hará que toda su sintomatología empeore ya que el sentimiento de culpa disminuye porque toda la población está confinada y no sienten su comportamiento sea juzgado como “raro”.

 

María José Polo, psicóloga especialista de Nuevamente Psicólogos, ofrece algunas de las claves de la sintomatología de la agorafobia para poder identificarla claramente y algunas pautas para prevenir el desarrollo y/o empeoramiento de dicho trastorno. La idea es que se empiece a solucionar sin esperar a que termine la pandemia para evitar que después todo se haga mucho más difícil.

 

¿Quién la puede desarrollar?

La agorafobia es un trastorno que puede desarrollar cualquier persona y en cualquier momento de la vida. Aunque los datos arrojan un mapa bastante clarificador y es que, aunque no es trastorno que afecte en exclusivo al género femenino, las mujeres tienen el doble de probabilidad de padecer agorafobia. También destaca un rango de edad donde es mucho más probable desarrollarla ya que la mayor prevalencia se sitúa al final de la adolescencia y principio de la adultez.           

 

¿Qué síntomas tiene la persona con agorafobia?

El miedo es el principal síntoma característico de la agorafobia, a consecuencia de ello surgen los comportamientos de evitación; la persona evita todas aquellas situaciones en las que teme no poder escapar y sentir ansiedad.

 

10 síntomas físicos de la agorafobia:

  1. Escalofríos
  2. Aumento de la frecuencia cardíaca
  3. Temblores
  4. Palpitaciones
  5. Mareo
  6. Sudoración
  7. Hormigueos
  8. Tensión muscular
  9. Opresión en el pecho
  10. Pinza en el estómago

 

4 síntomas emocionales de la agorafobia:

  1. Miedo a perder el control
  2. Miedo a desmayarse
  3. Miedo a volverse loco
  4. Miedo a morir

 

Además, el miedo no solo aparece cuando se encuentran en la situación insitu, sino que también puede darse en cualquier otro lugar o situación por el simple hecho de pensar que tienen que ir a esos lugares o hacer esas cosas que temen, es lo que llamamos “ansiedad anticipatoria”. Como consecuencia de ello se producen las conductas de evitación.

Tener alguno de estos síntomas de forma esporádica o aislada no implica tener un trastorno. Para poder hablar de trastorno de ansiedad con agorafobia, la persona tiene que sentir ansiedad, miedo y realizar evitaciones de forma continua y este patrón tiene que darse al menos durante 6 meses y producir a la persona un deterioro significativo en diferentes áreas de su vida (personal, laboral, problemas de rendimiento académico, familiar, social, pareja…).

 

¿Qué consecuencias puede provocar?

  • La mayor secuela que deja la agorafobia es el aislamiento social, unido a las limitaciones que sienten las personas para desarrollar su vida con normalidad. Se crea una dependencia de las demás personas de su entorno a las que recurren para que les ayuden en las necesidades básicas que impliquen tener que salir: hacer la compra, realizar gestiones administrativas, etc.
  • Además, las personas con agorafobia suelen tener muchos problemas laborales o incluso terminan perdiendo sus trabajos debido a las conductas de evitación provocadas por el intenso malestar y ansiedad que padecen. También es frecuente que aparezcan cuadros de estado de ánimo depresivo, adicciones, o abuso de sustancias como el alcohol o psicofármacos.
  • Asimismo, las relaciones familiares suelen verse muy afectadas ya que se producen interferencias en la comunicación y a menudo las conductas de la persona con agorafobia no son demasiado entendidas dentro del ámbito familiar.

 

¿Cómo se puede solucionar?

La cuestión principal es acabar con las conductas de evitación, ya que la evitación refuerza y potencia la emoción del miedo al permitir que la persona se quede en su zona de confort, no dándose la oportunidad de comprobar que es capaz de afrontar la situación temida.

Sin embargo, realizar un acto de valentía sin tener las herramientas para afrontarlo puede ser contraproducente ya que podría considerarse un fracaso y un reforzador de las creencias negativas que sustentan al miedo. Esto podría dar lugar a la frustración, la baja autoestima, mayor sensación de incompetencia, etc.

 

¿Cuál es el tratamiento psicológico para la agorafobia?

  • La terapia más extendida y avalada por la comunidad científica para el tratamiento de la agorafobia es la cognitivo-conductual. El psicólogo ayudará a la persona a exponerse a las situaciones temidas, enseñándole a perder el miedo a las sensaciones de malestar y ansiedad.
  • Para ello, previamente el especialista ayudará a la persona a entender cómo se originó el problema, qué factores lo están manteniendo o empeorando y cuáles son las creencias irracionales que lo sustentan.
  • Una vez que se detectan las creencias estas tienen que trabajarse para ser sustituidas por otras más adaptadas a la realidad. El cambio de creencias se producirá también a través de la exposición y superación de las situaciones temidas. Todo ello debe producirse de forma gradual, paulatina y bajo la estricta supervisión de un psicólogo especializado.

 

Si tienes problemas de ansiedad y agorafobia desde el gabinete Nuevamente Psicólogos Málaga podemos ayudarte diseñando un programa de terapia especialmente pensado para ti, teniendo en cuenta tus circunstancias.

Nuestras psicólogas especialistas están avaladas por los resultados positivos conseguidos por multitud de pacientes que ya han superado sus problemas de agorafobia, así que no dudes en contactarnos.

 

Recuerda que un gran viaje, por largo que sea, siempre comienza con un primer paso, si tú das el primero nosotras te ayudaremos y te guiaremos en el resto del camino.

 

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