De forma popular se han relacionado los problemas de adicción al consumo de drogas como alcohol, cafeína, cannabis, tabaco, alucinógenos, opiáceos, sedantes, estimulantes (como la cocaína o las anfetaminas) o los ansiolíticos.
El consumo excesivo de cualquiera de estas sustancias provoca una activación directa e intensa del sistema de recompensa cerebral. Éste está relacionado con funciones de refuerzo de conductas y la producción de recuerdos. Es decir, el efecto de las drogas predispone al cerebro a seguir consumiendo y abandonar las actividades normales.
Además de las adicciones relacionadas con sustancias, se ha comprobado que otras adicciones sin sustancias, como la adicción al juego, las nuevas tecnologías o las compras, activan sistemas de recompensa cerebral similares a los activados por las drogas, pudiendo repercutir de forma parecida sobre nuestro comportamiento.
Si crees que podrías tener un problema de adicción con o sin sustancia, o que algún ser querido podría tenerlo, sigue leyendo el artículo de nuestra psicóloga Ana Romero Gómez, del gabinete Nuevamente Psicólogos Málaga.
¿Cómo saber si soy adicto?
- Deseo persistente y prolongado en el tiempo de consumir.
- Intentos fallidos de controlar o suspender el consumo por ti mismo/a. Aunque en ocasiones has intentado consumir menos o dejar de hacerlo, no lo has logrado.
- Tolerancia. Cada vez necesitas consumir mayor cantidad para experimentar el mismo efecto que te producía al principio, cuando comenzaste a consumir.
- Síndrome de abstinencia. Si en alguna ocasión has dejado de consumir durante un periodo de tiempo has experimentado un síndrome de abstinencia. Éste se manifiesta a través de síntomas físicos como: dificultades para dormir, inquietud, náuseas, etc.) y síntomas psicológicos como: irritabilidad, labilidad emocional, síntomas depresivos, pensamientos recurrentes sobre el consumo, etc.
- Empleas mucho tiempo en consumir. Has abandonado otras actividades. Tu día a día gira en torno a la adicción, esto suele ocurrir de forma gradual. De este modo, cuando logras darte cuenta, apenas tienes vida social, has abandonado la mayoría de tus aficiones, no logras disfrutar del tiempo libre y te cuesta estar solo.
- Consecuencias negativas en otras áreas de tu vida. Afectación del ámbito laboral (llegas tarde, tienes dificultades para rendir, concentrarte o alcanzar objetivos, mientes, etc.); ámbito académico (llegas tarde, faltas sin causa justificada, no te concentras, tienes dificultades para atender, abandonas asignaturas o estudios, tus calificaciones han empeorado, etc.); ámbito familiar (mientes, ocultas cosas, has robado, descuidas a los miembros de tu familia, sueles estar irritable y dar malas contestaciones, etc.).
- Alguna persona de tu círculo cercano te ha dicho que tienes un problema de consumo, pero tú crees que está exagerando.
- Tienes dificultades para identificar, gestionar y expresar tus emociones. Con frecuencia experimentas: ansiedad, tristeza, ira, culpa, soledad, vergüenza o miedo.
- El consumo te permite huir del malestar emocional y sentirte bien durante unos instantes.
- Pensamientos frecuentes:
- Negación: piensas que no tienes ningún problema.
- Minimización: crees que no consumes tanto como piensan los demás.
- Justificación. Crees que sólo consumes porque tienes un motivo (he discutido con mi pareja, estoy estresado, me siento solo, etc.).
- Idealización: Consideras que el consumo te hace sentir bien y que no tiene efectos perjudiciales para ti.
- Racionalización: estás convencido de que puedes dejarlo cuando quieras.
Si te has sentido identificado con la información de nuestro artículo y crees que necesitas ayuda, en Nuevamente Psicólogos te ofreceremos la atención especializada que necesitas.