El verano está llegando a su fin, y con él, lo hace también el periodo vacacional para la mayoría de los españoles. La vuelta al cole, el trabajo y las tareas rutinarias ha comenzado y puede afectarnos a nivel psicológico, propiciando la aparición del famoso “síndrome postvacacional”. En este artículo del blog, nuestra psicóloga malagueña Ana Romero Gómez, pretende aclarar qué es el síndrome postvacacional y qué podemos hacer para combatirlo.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
El síndrome postvacacional podría ser definido, según nuestra psicóloga, como un problema adaptativo. La persona presenta dificultades para adaptarse a la nueva etapa o realidad (el trabajo, la vuelta al cole, etc.), que conlleva un repertorio de demandas nuevas en relación a su realidad anterior (bien sea por horarios, tipo de actividad, etc.).
En ciertas ocasiones, la persona no realiza una gestión adecuada del proceso de transición, y percibe el cambio de forma más significativa. Este hecho puede acarrear una serie de consecuencias a nivel psicológico que se manifiesta a través de síntomas como: ansiedad, estrés, problemas de motivación, tristeza, malestar, apatía, dificultades en el rendimiento, irritabilidad, dificultades para dormir, tensión muscular, falta de concentración, molestias en el aparato digestivo, fatiga, dolor de cabeza, etc.
Cuando volvemos a la rutina, es normal que experimentemos algunos de los síntomas mencionados. sin embargo, cuando estos síntomas se prolongan por un periodo de más de diez o quince días (tiempo estipulado para el periodo adaptativo), podría estar señalando la presencia de un síndrome postvacacional.
¿Quién puede desarrollar un síndrome postvacacional?
Aunque cualquier persona podría experimentar la aparición de un síndrome postvacacional alguna vez en su vida, existe un perfil especialmente vulnerable para desarrollarlo. Los trabajadores que llevan a cabo su actividad laboral con unos bajos niveles motivacionales o no se sienten cómodos en el puesto que desarrollan tienen más probabilidad de desarrollar un síndrome postvacacional.
10 Claves para combatir la depresión postvacacional
- Regresa de las vacaciones con unos días de antelación antes de volver al trabajo, de este modo ganarás unos días para facilitar el proceso de adaptación y prepararte para la reincorporación.
- Incorpórate al trabajo a mitad de semana, así la reincorporación será mucho más paulatina.
- Déjate un espacio para organizar la vuelta. Es habitual que al regreso encontremos correos acumulados en la bandeja de entrada, tareas pendientes, problemas atrasados, etc. Ese cúmulo de demandas puede provocarnos estrés y angustia, para ello, puede ser de utilidad que a la vuelta dediques un tiempo a organizar, programar y hacer un listado de tareas urgentes y objetivos realistas.
- Recupera la rutina de horarios de forma paulatina. Es normal que durante las vacaciones nuestros horarios se vean adaptados a las actividades de ocio y nos acostemos y despertemos más tarde de lo habitual. Para que tu proceso adaptativo sea más fácil, a la vuelta, ve recuperando progresivamente tus horarios habituales antes de reincorporarte, eso te ayudará a estar más descansado y tu rendimiento será mejor.
- Retoma progresivamente tus tareas y actividades. Organiza tus tareas según su nivel de dificultad y preferencia y trata de empezar por aquellas que sean más agradables.
- Conserva actividades agradables y actividades de ocio. Este tipo de actividad son una fuente de emociones positivas, así pues, aprovecha los momentos libres para realizar alguna actividad agradable, para socializar o tener contacto familiar.
- Fragmenta los periodos vacacionales a lo largo del año. Aquellas personas que no lo hacen presentan más vulnerabilidad para desarrollar el síndrome postvacacional.
- Incluye algo diferente en tu área de trabajo. conductas como modificar la organización del área de trabajo, la decoración o incluir algún recuerdo de las vacaciones favorecen la adaptación y sensación de bienestar.
- No lleves trabajo a casa.
- Mantén hábitos saludables de sueño, alimentación y ejercicio para facilitar la liberación de endorfinas y amortiguar los niveles de estrés.
La terapeuta Ana Romero, recalca la importancia de buscar atención psicológica, si pasados los diez o quince días (estipulados como periodo de adaptación normal) que mencionábamos en párrafos anteriores, la persona sigue manifestando los síntomas del síndrome postvacacional, evitando así que el problema se prolongue o se agrave.